El dictamen del Auditor Superior de la Federación, dado a conocer el 30 de marzo de 2006, completa un ciclo con el que termina el proceso de rescate de los ahorradores de la banca.
Toda vez que dicho proceso se ha prestado para una multitud de comentarios
inexactos, de muchas fuentes, que han confundido a la opinión pública,
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público considera
indispensables las siguientes aclaraciones:
1º Causas del quebranto bancario: a) El alza en las
tasas de interés provocada por la crisis de 1995 fue de tal magnitud
que el servicio de los créditos bancarios llegó a exceder el
ingreso de las familias o la capacidad de pago de las empresas, y b) otras
agravantes, de no menor importancia, provinieron del retraso salarial provocado
por la inflación, la pérdida de empleos y la caída en
las ventas de las empresas.
2º Consecuencias que pudo haber tenido el quebranto:
Ante la imposibilidad de la banca de cobrar parte importante de sus créditos
y carecer por lo tanto de recursos suficientes para responderle a sus ahorradores,
se hubiera producido un retiro masivo de recursos ante el que la banca no
iba a poder responder. El colapso económico, en este contexto, habría
sido mucho más largo y profundo que el experimentado.
3º Respuesta que evitó un colapso: Para impedir
un colapso financiero de proporciones gigantescas para familias y empresas,
el FOBAPROA, como lo preveía y exigía la ley, entregó
recursos para que los bancos pudieran cumplir sus compromisos con los ahorradores.
Parte de los montos que utilizó FOBAPROA se destinaron también
al auxilio de pequeños deudores.
4º Bancos que superaron la crisis: El auxilio a los
ahorradores se condicionó a los bancos de forma tan estricta que, de
los 18 bancos de aquella época, sólo sobrevivieron 4 con sus
accionistas originales.
5º Accionistas que perdieron su capital: Los accionistas
de los bancos que se sanearon perdieron su capital. No se apoyó a uno
solo cuyos propietarios no aportaran capital y no hicieran esfuerzos exitosos
para recuperar al menos parte de su cartera. A los ahorradores, en cambio,
sí se les respaldó en su totalidad.
6º Costo del rescate de los ahorradores: A valores de
2004 el monto de los recursos para que los bancos pudieran responderle a sus
ahorradores fue de 1,203 miles de millones de pesos, de los cuales 234 miles
de millones de pesos correspondían a los ahorradores de los 4 bancos
que supieron capitalizarse y así sobrevivir. Gracias a que se cumplió
al pie de la letra con lo dispuesto en la ley del IPAB se recuperó
a esa fecha el 53% de la última cantidad, para llegar a un costo fiscal
de 111 miles de millones de pesos.
7º Elementos que disminuyeron el costo del rescate a ahorradores de los
bancos sobrevivientes: Entre las medidas destacan: a) la recuperación
de activos por parte de los bancos y del IPAB; b) las pérdidas que
los bancos fueron obligados a absorber; c) las cantidades que tuvieron que
devolver como consecuencia de las auditorías solicitadas por la Auditoría
Superior de la Federación, y d) el cobro a los bancos de cuotas al
IPAB por encima de estándares internacionales que han permitido reducir
los gastos derivados del rescate a los ahorradores y deudores.
8º Otras experiencias: La experiencia mexicana no fue
un acontecimiento aislado. Se originó por causas similares a 112 crisis
comparables a la nuestra que tuvieron lugar en 93 países durante los
últimos 35 años. En todas ellas se llevó a cabo un rescate
de los ahorradores. El costo como proporción del PIB del caso mexicano
fue de 16.98%, que se compara con porcentajes que en promedio fueron de 30%
para los demás países, con un máximo de 52% en Indonesia.
Otros quebrantos fueron el de Chile con 34% del PIB, Tailandia con 35% y Turquía
con 31%.
9º Quiénes se beneficiaron: Los beneficiarios
directos fueron, en primer lugar, los ahorradores y, en segundo lugar, los
deudores sin capacidad de pago. Los beneficiarios indirectos fuimos todos,
la población entera del país que no tuvo que padecer una contracción
económica de mucho mayor magnitud con efectos devastadores sobre el
empleo, los salarios y la pobreza. En total, 14.7 millones de cuentas no perdieron
sus ahorros y además se benefició a 1.3 millones de deudores.
10º Quiénes abusaron: Desafortunadamente, la
falta de legislación, como la aprobada durante este gobierno, dificultó
la actuación de las autoridades en la intervención inmediata
de los bancos, lo que propició que algunos deudores con capacidad de
pago obtuvieran ventajas injustificadas. También, incluso antes de
la crisis, se persiguieron operaciones fraudulentas en algunos bancos, que
desafortunadamente no concluyeron en cárcel para los personajes involucrados.
Sin embargo, con mucho, la mayor parte de las cantidades involucradas se utilizaron
para el rescate de los ahorradores y el apoyo a deudores sin capacidad de
pago.
11º Causa original de la crisis: Se ha documentado ampliamente
que la estatización de los bancos provocó que se desplazaran
a otras actividades sus recursos humanos y se perdiera un caudal de conocimiento
relacionado con la evaluación de las solicitudes de crédito.
Además, los déficit presupuestarios posteriores a la estatización
condicionaron que los recursos de la banca se destinaran durante varios años
casi exclusivamente a financiar al gobierno, lo que también contribuyó
a que se perdiera la costumbre de valorar los riesgos involucrados en la concesión
de créditos al sector privado.
12º Versiones falsas sobre el rescate a ahorradores y deudores:
a) Ante la afirmación de que el FOBAPROA duplicó
la deuda pública (contradictoriamente, quienes lo afirman son los mismos
que señalan que no se puede tratar de deuda pública), las cifras
indican que la deuda del IPAB representa el 8.1 por ciento del PIB a marzo
de 2006, un monto sin duda importante, pero que representa el 21.5 por ciento
de la deuda total del sector público.
b) También se dice que el rendimiento pagado a los
tenedores de esta deuda, que el día de hoy no está solamente
en manos de los bancos sino también de fondos de pensiones de los trabajadores
y de inversión, fue de “CETES más varios puntos capitalizables
cada tres meses”. Quien afirma esto ignora que la tasa de interés
de los pagarés FOBAPROA declinó hasta niveles inferiores a las
tasas de mercado y que actualmente los bonos del IPAB registran un rendimiento
prácticamente idéntico a los instrumentos del Gobierno Federal.
c) Hay quienes señalan que los beneficiarios fueron
los banqueros. Estos críticos ignoran que detrás de los programas
de rescate a ahorradores y deudores están 14.7 millones de cuentas
de ahorradores y 1.3 millones de deudores que se vieron directamente beneficiados
al no perder ni un sólo centavo de su patrimonio y obtener condiciones
preferenciales para hacer frente a sus obligaciones.
d) Se afirma que el FOBAPROA/IPAB es una caja negra a la que nadie
tiene acceso y que es necesario abrirla para revisarla. Esto es falso. A lo
largo de 10 años se han transparentado y rendido cuentas sobre lo que
se hizo, poniendo a disposición de los órganos fiscalizadores
toda la información relacionada con los programas de apoyo a ahorradores
y deudores, quienes se han pronunciado favorablemente. Además, todos
los mexicanos pueden conocer el rescate y sus decisiones a través de
los documentos que las autoridades financieras han puesto a su disposición.
Consulte
aquí http://www.asf.gob.mx/trans/informes/ir2004i/Tomos/Ipab.pdf
el informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre la
fiscalización del rescate a ahorradores y deudores de 1995 a 2004